Egipto es un país  lleno de historia, cultura y tradición, es por eso que escuchar su nombre nos traslada directamente a las pirámides y los templos de luxor y asuan, sin embargo este país esconde tesoros naturales irreales y mágicos, que jamás podríamos imaginar encontrar en este lado del mundo. El desierto blanco es uno de esos sitios maravillosos  que te  transportan a otro planeta, un lugar lleno de encanto, atardeceres y amaneceres inolvidables. Este desierto tiene una particularidad y en comparación a cualquier otro sitio en el mundo y es que está cubierto por piedra caliza blanca que a simple vista parece nieve, y cuando el sol le abraza, este toma un brillo fascinante. Uno de los protagonistas de la zona es sin lugar a dudas la famosa  montaña de cristal, la cual tiene forma  de una corona adornada con diamantes, una de las formaciones rocosas más fascinantes del lugar.

El desierto blanco  es un parque natural protegido que hace muchos años era un mar interno, por eso cuando se realiza el recorrido se encuentran fósiles marinos con mucha facilidad. Caminar por sus alrededores  te hace  sentir que estas caminando sobre la luna y al mismo tiempo en marte, tiene estos dos maravillosos contrastes que atraen a miles de turistas locales y extranjeros anualmente, este paraíso con el tiempo ha tomado  protagonismo en el sector del turismo del país, Convirtiéndolo en uno de las visitas obligatorias. Este destino ofrece un sinnúmero de atractivos y actividades como hacer sand boarding, senderismo, relajarse en las aguas termales, safari, etc.

Destinos turísticos como este merecen la pena ser visitados, ya que ofrecen una experiencia totalmente diferente a la tradicional. Egipto es un país que ofrece una gran variedad de ofertas turísticas para todo tipo de turistas, sobre todo para aquellos que quieren tener contacto histórico, natural y cultural con la región.